viernes, 6 de marzo de 2009

Carta de alumno a su maestro


Autora: Angela Marulanda G.

Enséñame cómo aprender y no qué aprender; enséñame a pensar y no tan sólo qué debo pensar. Así desarrollaré mi inteligencia y no simplemente mi memoria.

No me regañes delante de mis compañeros. Me haces sentir humillado y temeroso de ser rechazado por ellos. Aceptaré mejor tus correcciones, si me las haces calmadamente y en privado.

Señálame mis cualidades y reconoce mis habilidades. La confianza que así desarrollo en mis capacidades me anima a esforzarme y me hace sentir valioso y adecuado.

No me insultes con palabras, ni con gestos despectivos. Me haces sentir menospreciado y sin ánimo para corregir mis faltas o debilidades.

Ten en cuenta mi esfuerzo y mi progreso, no sólo el resultado final. A veces con poco esfuerzo logro mucho..., pero es más meritorio cuando pongo todo mi empeño, así logre poco.

No me examines procurando rajarme, ni te ufanes de haberlo logrado. Mis notas deben reflejar mi desempeño y no lo harán si las utilizas para desquitarte.

Anota lo que hago bien y no sólo lo que está mal. Cuando subrayas mis éxitos y no mis fracasos, me siento motivado a seguir mejorando.

Cuando me corrijas o me disciplines, hazlo sin maltratarme física o emocionalmente. Si atacas mi persona o mi personalidad, deterioras mi autoestima y no mejoras mi disciplina.

Confía en mí y demuéstrame tu confianza. Cuando me repites la misma cosa una y otra vez, me doy cuenta de tu desconfianza y esto me precipita a fracasar.

Trátame con cariño, cortesía y respeto. En esta forma te admiraré y, por lo tanto, desarrollaré un profundo respeto por ti.

No me amenaces, pero si lo haces, cúmplelo. Si no cumples lo prometido, aprenderé que, haga lo que haga, siempre puedo salir eximido.

No me ruegues ni me implores que me porte bien. Te obedeceré cuando me lo exijas con firmeza y sin hostilidad.

Procura hacer clases amenas e interesantes, en las que yo pueda participar. Me aburro cuando todo es rutina, sólo tú hablas y yo nada puedo aportar.

Cuando te haga preguntas, no me digas "eso ya lo expliqué". A veces tus explicaciones no son claras o suficientes para mí: si pregunto es porque quiero entender y aprender.

No tengas preferencias. Cuando alabas a unos e ignoras a otros, deterioras nuestras relaciones y haces de mis compañeros mis enemigos.

Cuando me criticas para corregirme, me defiendo y no acepto mis defectos. Sólo si acepto mis fallas, podré tratar de corregirlas. Ten en cuenta que aprendo más de quien aprecio que de quien me desprecia.

No aceptes mis excusas ni mis ruegos por el incumplimiento en mis tareas. Cuando debo asumir las consecuencias de mis faltas, aprendo a responsabilizarme por mis deberes.

Escucha lo que te digo con atención e interés. Si me ignoras o me callas cuando trato de expresarme, entiendo que mis ideas son tontas y que, por lo tanto, mi inteligencia es corta.

No me compares con mis compañeros, ni con mis hermanos en años anteriores. Recuerda que no soy ni puedo ser igual a nadie y que, aunque no tengo las mismas, también poseo grandes cualidades.

Trata de conocerme y de apreciarme como persona. Conociendo mis habilidades particulares podrás ofrecerme oportunidades para triunfar. Al sentirme capaz e importante para ti, crecerá el concepto que me forme sobre mí.

Ayúdame a desarrollar mis cualidades y no simplemente mis capacidades. Ten en cuenta que... antes que un buen estudiante, debo ser un buen ser humano.

jueves, 5 de marzo de 2009

TIC y aprendizaje autónomo (1986)

Las nuevas tecnologías exigen una metodología activa. Si se desea un hombre libre y autónomo, es imprescindible que sepa y pueda tomar decisiones en el uso del ordenador, del vídeo,...De otro modo, se corre el peligro de convertir al hombre en esclavo de la máquina, de la técnica.
Además, para aprovechar al máximo las posibilidades que ofrecen esas tecnologías se precisan de individuos investigadores, "comidos por el gusanillo de la búsqueda", que las utilicen para soluciones nuevas y originales de los problemas que la realidad plantea.
Por tanto, el uso de ciertos aparatos debe ir acompañado de una reflexión metodológica innovadora, pues si no se hará una enseñanza tradicional aunque ayudada por "cacharritos". Es decir, propongo una reflexión del uso de las nuevas tecnologías en su aspecto didáctico y organizativo.

Veintitrés años después sigo proponiendo lo mismo. No sé quién es más terco si yo mismo o la realidad.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Autonomía de los estudiantes (1986)

Hay que tender a que las relaciones entre la generación adulta y la generación joven adquieran un carácter democrático puesto que las actitudes autoritaria y paternalista generan dependencia y subordinación.
La autonomía en el aprendizaje implica la INVESTIGACIÓN personal, la búsqueda como señalaba Shöemberg. La investigación es imprescindible para el progreso, ya que sólo a través de la misma se pueden encontrar nuevas formas para actuar sobre la realidad.

"Desarrollar una actitud de investigador, para que cada alumno pueda serlo en su sector de actividades conducente a ver mejor la realidad y actuar en ella de manera más eficiente y racional. La actitud de investigación facilita, por otra parte, el proceso de readaptaciones al mundo en transformación, para que los individuos no se enquisten en rígidos patrones de comportamiento." (Nerici, 1973:63)

martes, 3 de marzo de 2009

Principio de actividad- 2 (1986)

Esta necesidad de aprender a aprender ya se ha señalado en el Informe de la Unesco (Faure, 1973) y en el Informe al Club de Roma (Botkin, 1979). La capacidad de adquirir conocimiento, para Rogers (1980), es más importante que el propio conocimiento.
"La enseñanza y la transmisión de conocimientos tienen sentido en un mundo estático. Pero el hombre moderno vive en un ambiente de cambio contínuo; sólo son educadas las personas que han aprendido cómo aprender, que han aprendido a adaptarse y cambiar que advirtieron que ningún conocimiento es firme, que sólo el proceso de buscar el conocimiento da una base para la seguridad".

Consecuencia del principio de actividad se deriva la autonomía de los alumnos. Actualmente, (1986) se oye a los maestros de todos los niveles, desde la enseñanza básica a la universitaria, quejarse de la poca participación de los alumnos, de su incapacidad para la toma de decisiones, de que no saben hacer las cosas por sí solos. Pero tal vez esto lo han provocado los profesores al adoptar una actitud pedagógica paternalista y excesivamente protectora, originando una situación de extrema dependencia por parte de niños y jóvenes.

"La enseñanza renovada se preocupa por desligarse de toda actitud paternalista incentivando la iniciativa de cada uno. Vivir es, en cierto modo, tomar constantes decisiones y opciones; esta es la característica del hombre libre" (Nerici, 1973)

lunes, 2 de marzo de 2009

Principio de actividad- 1 (1986)

El principio de actividad supone que el alumno deja de ser un mero receptor pasivo para convertirse en un elemento activo, motor de su propio aprendizaje. Este cambio en el papel del alumno implica que el maestro cambia su papel de transmisor del saber y conductor - responsable total de la enseñanza - aprendizaje para convertirse e un facilitador de la actividad del alumno y del aprendizaje.
"Si el alumno ha de abandonar la actitud oyente para convertirse en realizador del propio aprendizaje, paralelamente el profesor ha de abandonar la función expositiva para convertirse en actividor del aprendizaje de sus alumnos". (García Alvarez y Nieto Muñoz, 1978).



El principio de actividad resalta que el alumno aprenda a aprender. No da tanta importancia al conocimiento, como al saber dónde y cómo se aprende. Sólo se aprende aquello que uno ha buscado por sí mismo. A la postre, el aprendizaje siempre es autoaprendizaje aunque haya sido facilitado por la enseñanza.
"Cuando yo enseñaba, jamás me propuse decir al alumno sólo lo que yo sabía. Más bien buscaba lo que el alumno no sabía... Si me hubiera limitado a decir lo que yo sabía, ellos hubieran aprendido eso y nada más. Así quizá sepan incluso menos, pero saben de dónde puede venir el conocimiento; ¡de la búsqueda! " (Shöemberg, 1911)